Si Santos no se opone, por fin le pagarían a médicos residentes

Con la nueva ley de residente, aprobada la semana pasada, no solo se benefician los médicos sino toda la sociedad. Dos expertos cuentan cuál es el impacto de la medida.

Si Santos no se opone, por fin le pagarían a médicos residentes



Ser médico en Colombia es difícil y en parte esto se debe a los altos costos que deben sufragar estar personas para su preparación académica. Según un estudio de la Universidad Nacional la tasa de retorno en una entidad pública es de17 años y en una privada, de 34 años. “Si lo miro desde lo económico es cero rentable ser médico”, dice Rafael Baquero, presidente del Colegio Médico. Si se añadía una residencia, recuperar la inversión era aún más difícil. La especialización de un profesional de la medicina era especialmente dura pues como debían trabajar para aprender. Y no solo eso. Asumían matriculas muy altas para lograrlo. Para algunos esta situación era un ejemplo de dominación, esclavitud y explotación en donde varios actores se lucraban porque la falta de regulación.

Pero eso está por terminar gracias a una legislación aprobada este jueves en el Congreso de la República, por inicativa del senador Jorge Iván Ospina (Alianza Verde), también médico de profesión. Se trata de la ley de Residencias que busca regular las matriculas para que su valor corresponda solamente a los costos mínimos administrativos y operativos del programa.

Actualmente ningún residente recibe salario por el trabajo que realiza en las clínicas y hospitales pese a que ofrecen servicios que las IPS facturan al sistema de salud, y en cambio deben pagar matrículas muy costosas que ascienden a los cuarenta millones de pesos anuales.

Así las cosas, ser médico especialista en Colombia puede costar más de doscientos millones de pesos. Con la nueva ley, que está lista para la sanción presidencial, se espera que se abaraten estos estudios y que muchos médicos que antes no podían acceder a estos programas por el costo, se gradúen como especialistas. Esta decisión tendrá impactos no solo para los médicos sino para toda la sociedad.

Los principales cambios

La remuneración de los residentes: se estableció que los residentes recibirán tres salarios mínimos que estarán a cargo del estado. Para esto se creó un fondo que sería financiado con recursos públicos de la salud. “Estos pagos se harán con el reconocimiento de las prestaciones que establece la ley”, señala Carolina Corcho, miembro de la Gran Junta Médica.
Regulación de matrículas: La ley prevé que la matricular se reducirá a los mínimos costos administrativos y operativos. Esto implica la prohibición de que los hospitales les cobren a las universidades recursos monetarios para que los residentes hagan sus rotaciones. Esta era una de las razones por las cuales estaban disparadas las matrículas. En otras palabras, los hospitales les cobraban a las universidades para que el residente fuera a trabajar. “Era inexplicable porque el residente aporta al hospital”, explica Corcho. 

Los beneficios para los médicos

Según Roberto Baquero H, Presidente de Colegio Médico Colombiano, el gran beneficio de la nueva norma es que asegura que los que quieran acceder a estas especializaciones no tengan como primera traba tener recursos económicos. “Todos sabemos que si ponemos como rasero para hacer una especialización al dinero muy pocos tendrán la oportunidad”, dice. Una investigación de la Universidad Nacional sobre cuánto vale ser médico general en Colombia, mostró que la tasa de retorno en una universidad pública era de17 años y en una privada era de 34 años. “Si lo miro desde lo económico es cero rentable ser médico”. Si se añadía una residencia, recuperar la inversión era aún más difícil. “Muchos no podían”.
El otro gran beneficio es que quien se entrena se podrá dedicar a hacer su especialización porque tendrá la tranquilidad de que podrá pagarlo. Tal como estaban las cosas había una alta deserción debido a los costos. Como estos se reducirán, los estudiantes se podrían dedicarse a aprender. “Esto dignificará el ejercicio del personal que se entrena”, dice Baquero, puesto que ya el estudiante no tendrá que correr a trabajar para poder subsistir sino que podrá dedicarse a su especialización.

El costo

Según los cálculos, la universidad para un médico cuesta alrededor de 200 millones de pesos y esto incluye no solo la matricula sino los recursos para subsistir. Una especialización estaría del orden de los 40 millones de pesos anuales. Con la nueva ley, esta cifra baja. “Los cálculos es que quedará entre 3 y 4 millones de pesos que se dan por costos administrativos, pero no es una matrícula”, dice Baquero.

El impacto para la sociedad

Los pacientes podrán esperar mejorar calidad de sus médicos. El alto costo de la especialización hacia que solo un grupo muy exclusivo lograra culminar sus estudios. Otros lo intentaban, pero tenían que desertar en el camino por falta de recursos. Es el caso de muchos médicos generales que no pudieron especializarse porque se les acabó el dinero. “Eso bajaba el nivel porque restringía esa posibilidad al que tenía plata y no al mejor”, explica Baquero. Con la nueva ley se garantizará que habrá más especializados que ahora, con las nuevas condiciones, podrán cumplir más fácilmente con sus estudios. Así, estarán mejor preparados para atender a los pacientes colombianos. Habrá menos fuga de médicos que antes viajaban a otros países a especializarse y se quedaban en el exterior.

El impacto para las universidades y hospitales

Los hospitales argumentaban que los residentes les generaban gastos. Aunque esto es cierto, la ley logró que reconocieran que este estudiante, que es un médico graduado que les labora y les da productividad, tuviera un salario. “No tenía sentido que trabajara para la IPS y además le tuviera que pagar”. La ley logró quitar de tajo esa traba para que los médicos se puedan formar y desarrollar. Las universidades, por su parte, aceptaron solo cobrar por los costos administrativos de la residencia de sus estudiantes. La calidad de las universidades también mejorará porque el interés no estará centrado “en el lucro y el negocio sino en la calidad de los programas”, dice Corcho. Los hospitales tendrán trabajadores que aportarán, como lo venían haciendo, pero con justicia social, gracias a que ahora estará remunerado. “el residente no es un trabajador cualquiera, es un investigador que produce conocimiento”, dice Corcho.


Articulo tomado de Semana