El acuerdo de paz ha sido uno de los hechos históricos más importantes para Colombia en esta era.

Es inaceptable el pronunciamiento de Iván Márquez de recurrir de nuevo a las armas, a la muerte para exigir legitimidad. Dar marcha atrás no es una opción. En Colombia no hay cabida para la política con armas.

El acuerdo de paz, es el pacto de desarme y tránsito a la política de la otrora guerrilla, no sólo con el Estado, sino con la Sociedad, que da vida al mandato constitucional de la Paz como derecho y deber de obligatorio cumplimiento.

Por eso debemos mantener y persistir en la construcción de la Paz, nuestra Paz, la de todas y todos los colombianos.

El único camino para conseguir cambios es ganando las elecciones, construyendo encuentros con la ciudadanía, transformando las instituciones para que también asuman su papel de liderar las transformaciones que la Paz requiere y demanda.

Hacemos un llamado a los organismos internacionales para que sigan actuando como garantes de lo pactado y a los colombianos a no desfallecer en el intento de lograr la paz completa.

Rodeemos el acuerdo de paz.