Salvar el agua, una necesidad inaplazable

Día mundial del agua.

Naciones Unidas nos convoca hoy, en el Día Mundial del Agua, a reflexionar sobre al futuro de este recurso, cuya salvación puede estar en la misma naturaleza azotada por la degradación de las fuentes hídricas.



Y las cifras que entregan nos muestran la urgencia de intervenir: el 80 por ciento de las aguas residuales que generamos los humanos vuelven a los ecosistemas sin ser tratada ni reciclada.



Y la consecuencia es clara: los ríos, lagos y suelos están contaminados, con el grave efecto de que son esas fuentes de las que se surte el consumo humano de agua potable en la mayor parte del mundo. Naciones Unidas estima que hoy, 1.800 millones de personas del planeta usan una fuente de agua contaminada con materia fecal.



Bogotá está dando pasos fundamentales para salvar sus principales fuentes hídricas con la ampliación de la Planta de Tratamiento de El Salitre y con el proceso que comenzó el actual gobierno de la ciudad para construir la planta de Canoas que permitirá tratar las aguas residuales del río Bogotá.



Esta obra costará 4,5 billones de pesos, de los cuales el aporte de la ciudad será de 2,94 billones. La CAR destinará 1,5 billones de la plata que anualmente le gira Bogotá del impuesto predial que pagan los bogotanos. Y la gobernación de Cundinamarca aportará 61.000 millones.



Este será un salvamento colectivo del río Bogotá que después de 60 años de discusiones y debates por fin tendrá una solución de fondo al problema de contaminación.



Eso implicará que las aguas residuales que hoy van directamente a al río se dirijan a la planta a través del sistema de colectores que la ciudad ya tiene listos para operar. Y que de paso salvará el río Tunjuelo, el San Cristóbal y el Fucha que en su nacimiento se conservan todavía.



Es importante que no perdamos de vista que dentro de los objetivos del milenio está el de garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos.



Cuando Naciones Unidas plantea que desde los mismos ecosistemas podemos salvar el agua nos plantea retos como descontaminar los ríos, plantar bosques, restaurar humedales, y acción pública fuerte para que el equilibrio del agua se vuelva a reconectar.



Lucía Bastidas