Los vicios de procedimiento dejan delincuentes en libertad

No mas delincuentes en libertad 

Los vicios de procedimiento dejan delincuentes en libertad

La liberación una y otra vez de los delincuentes reincidentes se está convirtiendo en uno de los principales problemas de la seguridad en Bogotá, no solo porque intensifica la impunidad en los delitos contra las personas, sino porque desestimula la denuncia y pone en peligro a las víctimas.

Lo señalo porque en el más reciente caso, una joven de 20 años que fue herida con puñal por un delincuente que le robó su teléfono celular en el bus, muestra la gravedad del problema.

Esta joven no solo terminó con quince días de incapacidad por una herida con puñal, sino que después de tomarse el trabajo de ir a la Unidad de Reacción Inmediata (URI) de Kennedy a denunciar y exponerse a dejar su identidad al descubierto ante el delincuente que la atacó se encontró con que el hombre que la robó y la hirió no estaba detenido.

Ella asegura que vio cuando con la ayuda de la comunidad y del conductor del bus donde fue atacada el hombre fue capturado por la Policía, que llegó media hora después de ser requerida, e inexplicablemente después nadie supo por qué estaba en libertad.

Las cifras de la Secretaría de Seguridad indican que este año 3.500 delincuentes que fueron detenidos, muchos de ellos en flagrancia, mientras atacaban a sus víctimas, quedaron en libertad después de ser detenidos. Representan el 55 por ciento de los capturados.

Entre las razones que recibe la administración de la rama judicial sobre las causas por las cuales los jueces dejan en libertad a los delincuentes están situaciones como los vicios en los trámites de las capturas, lo que indica que estamos fallando en la capacitación de los policías sobre los procedimientos judiciales.

En el caso de la joven asaltada en el bus, el hombre que la atacó tenía antecedentes por cuatro entradas a la URI por hurto, por eso la víctima no se explica por qué fue liberado si tenía detenciones previas y ni siquiera compareció a la audiencia.

En este punto me pregunto: ¿de qué le sirve a un ciudadano tomarse el tiempo de denunciar un delito y enfrentarse cara a cara al delincuente en un juzgado si a las pocas horas lo dejan en libertad, aun teniendo antecedentes?

En el caso de esta joven, que ante el dilema de guardar silencio o asumir todas las consecuencias que implica denunciar, optó por lo segundo, ella terminó expuesta y ahora siente temor porque el delincuente sabe todo de ella, y la justicia no hizo nada por castigar el delito.

Consultados algunos abogados penalistas, advierten que el problema radica en que los jueces deben fundamentar sus decisiones según el material probatorio que la policía judicial y la fiscalía lleven a la audiencia y si no es contundente no pueden mantener detenida a una persona, y es frecuente que esas pruebas no lleguen a tiempo a la audiencia de legalización de captura.

El otro tema que los abogados identifican es que hay recurrentes fallas en los procedimientos de captura que terminan actuando en favor de los delincuentes, porque ante un vicio de procedimiento los jueces no pueden actuar en contra de los detenidos, así hayan sido capturados en flagrancia.

Un caso aberrante, que muestra la gravedad del problema, lo denunció el secretario de Seguridad, Convivencia y Justicia, Daniel Mejía, tras un informe de la Oficina de Análisis de Información y Estudios Estratégicos: un hombre de 42 años registraba 52 capturas y siempre ha sido dejado en libertad. En cuatro años, según el estudio fue capturado cada 17 días, y siembre ha vuelto a las calles a delinquir.